ACERCA DE LA REENCARNACIÓN

                     Es muy posible que la reencarnación sea una de las creencias más antiguas del mundo. Algunos arqueólogos creen que esta fue la razón por la cual en la Edad de Piedra (10.000 a 5.000 años a. de C.) se enterraran los cuerpos en posición fetal, para facilitar así el renacimiento.

                   La idea de la reencarnación es aceptada en los países orientales por más de 400 millones de personas; actualmente en Occidente no se alcanza esta cifra, pero no hay que olvidar que esta creencia estuvo ampliamente extendida en diversas formas por Europa, en sus antiguas culturas, tanto en sus pueblos primitivos como entre los más avanzadas, como los de Grecia y Roma.

(Restos humanos hallados en posición fetal; Almería, España. Fuente: Google Imágenes)

                    Un investigador en este campo de estudio, Ian Stevenson, un científico que hace más de 30 años que se dedica al estudio minucioso de los supuestos casos de reencarnación, aquellos niños pequeños que «recuerdan» una «vida anterior», es un médico psiquiatra, canadiense, que trabaja en el Departamento de Salud Mental de la Universidad de Virginia, en EEUU. En la actualidad lleva estudiados, junto con su equipo de colaboradores, más de 2500 casos de posible reencarnación, en el mundo. Ha publicado más de 20 libros y diversos artículos en revistas especializadas de Psicología y Psiquiatría,  desde 1960 al presente.   

                                     (Foto: Dr. Ian Stevenson. Google Imágenes)

                      Comentaremos cuales son las características comunes en estos casos de niños que recuerdan una vida anterior.

                     La historia de estos casos que hacen pensar en la reencarnación sigue un patrón similar. Un niño de 2 a 4 años de edad empieza a hablar a sus padres o hermanos de una vida que tuvo en otro lugar y en otro tiempo. El niño suele sentir una atracción muy fuerte hacia los hechos de esa vida y con frecuencia insiste ante sus padres para que lo dejen volver a la comunidad en la que afirma haber vivido anteriormente.

                  Al hacer el niño bastantes afirmaciones concretas sobre la vida anterior, los padres que generalmente son reticentes, empiezan a investigar su veracidad. Con frecuencia, no se intenta hacer esta comprobación hasta varios años después, ante la repetida insistencia del niño, y también ante la posibilidad de poder contar con mayores detalles de su vida anterior, ya que el niño maneja el lenguaje con mayor amplitud. Entonces la familia suele visitar a la otra familia a la cual el pequeño dice que perteneció, y allí se le pregunta si reconoce lugares, objetos y personas de su supuesta existencia pasada.

                       La edad más temprana que se tenga registro es de 1 año y 5 meses, la edad de comienzo más tardía es de 4 años y 5 meses. Estas declaraciones pueden ser tales como: «-tu no eres mi madre, tu no eres mi padre… mis padres viven muy lejos de    aquí-«, comenzando a describir lugares, nombres, personas, etc., con extremada precisión.  Otro tipo de declaración puede ser la que en cierta oportunidad expresó un niño refiriéndose a un determinado hecho: «-¡eso me pasó cuando yo era mayor!-¨, continuando con la manifestación de datos concretos acerca de esa experiencia vivida.

                        Este comportamiento tan particular continúa en la mayoría de los niños hasta los 5 o 7 años de edad, aunque hay registros de casos en los cuales continúa hasta los 16 años.

                        Ian Stevenson en su libro: “Veinte casos que hacen pensar en la reencarnación, escrito en el año 1966, reeditado en el año 1974 con nueva información sobre los casos estudiados, realiza un análisis de varios fenómenos de posibles recuerdos de vidas pasadas, registrados en distintos países del mundo.

                                                                                                                     (Foto: Uno de sus libros más famosos).

                        Un tema de importancia en estos casos es la validez de la información que se obtiene, la confianza que uno puede tener en estos datos. En muchas ocasiones Stevenson tuvo la oportunidad de estar presente en ese momento en que se producen los reconocimientos, y lo que más lo ha impactado es la fuerte carga emocional de esos encuentros o reencuentros, la emoción que siente el niño al abrazar a su madre, a sus hermanos…

                        Este grupo de investigadores elabora una serie de posibles explicaciones a este fenómeno. Elaboran diversas hipótesis, que puedan dar cuenta de estas vivencias, que portan todas ellas esquemas nodales similares. A medida que las elaboran van descartando aquellas que no son tan lógicas y aquellas que no pueden responder a la complejidad de este fenómeno. Se analizan hipótesis posibles como las de: fraude, criptomnesia (recordar información recibida en algún momento, olvidando que se la obtuvo), memoria genética, etc.

                        Lo singular y característico de este fenómeno es que estos niños hablan de sus vidas pasadas de vez en cuando y en cualquier lugar, sin interrumpir sus juegos ni sus tareas. En cierto momento surge algo que les recuerda un acontecimiento de la vida anterior y hacen un breve comentario sobre ella, y luego desaparece. Los padres no advierten nada extraño en la conducta del niño, ni en ese momento ni en ningún otro, nada que les resulte extraño más que estos relatos. En muchas ocasiones se ha notado una tendencia a cierta precocidad y seriedad de carácter, en estos niños, pero nada que pueda considerarse psicopatológico, algo que se encuentre fuera del ámbito de la salud mental.

                                 Estos niños tienen muy en claro que en un pasado fueron «tal» persona y que ahora son otra persona, o se llaman de tal manera, diferente a como antes se llamaban. Tienen una sensación de «continuidad» entre la personalidad actual y la anterior, sensación que se parece mucho a la que podemos tenemos cada uno de nosotros entre lo que hoy somos y como éramos cuando teníamos pocos años de edad, es decir, sienten que siguen siendo ellos mismos.

                        Cuando se le pregunta a Ian Stevenson, en una entrevista realizada hace unos años atrás, qué lo ha motivado a estudiar en este campo, qué lo ha llevado a dedicarse durante décadas de su vida a investigar este tipo de fenómenos, contesta que siempre se ha interesado en el estudio de la personalidad humana, y que las diversas teorías acerca de la personalidad nunca llegaban a dejarlo satisfecho; por ello afirma que no sólo recurre a las teorías genéticas y a las medio ambientales para entender las singularidades y anormalidades de la personalidad humana, como todo psiquiatra y todo psicólogo hace, sino que considera a la reencarnación como una tercera posibilidad, que ofrece una explicación mejor para ciertas conductas «raras» que ocurren en los primeros años de vida y que a menudo persisten a lo largo de la vida. Y afirma lo siguiente:

                        «…no estamos obligados a creer que todo caso que hace pensar en la reencarnación tenga que explicarse como un ejemplo de ella. Lo que nos planteamos es si hay algunos casos (o por lo menos un caso) en el que no haya ninguna explicación que parezca mejor que la reencarnación para justificar todos sus datos.»

 

                        Y en numerosos casos no encuentra una explicación más ajustada que la de la existencia de la reencarnación.         

                        Diversas encuestas realizadas en varios países de Occidente manifiestan que la creencia acerca de la existencia de la reencarnación va en aumento. Parecería que aquello que obedece a una ley natural no puede mantenerse oculto por mucho tiempo.

                        Hoy la ciencia, una vez más, al estudiar la naturaleza humana, se encuentra con ciertos fenómenos que tienen que ver con el alma, con un ser que trasciende al cuerpo, y se ve obligada a ampliar su campo de estudio, para poder acercarse a aquello que siempre busca, la verdad.

                                                                                                        Lic. Claudia Sirito (*)

                                                                                                                               Buenos Aires, junio 2021.

 

   Bibliografía:

  

Christie Murray, David : “Reencarnación¨, Editorial América Ibérica, 1994.

Stevenson Ian: “Veinte casos que hacen pensar en la reencarnación¨, University Press of Virginia; Charlottesville; 1988.

(*) Lic. Claudia Sirito

MN: 20898 MP: 60641

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(*) Psicóloga Clínica (UBA), Terapeuta de Vidas Pasadas

Training Avanzado con el Dr. J.L. Cabouli (Arg.)

y el Dr. Morris Netherton (EEUU).

Master en Psiconeuroinmunoendocrinología (Univ. R. Favaloro),

Training en Chamanismo (Foster Perry, EEUU),

Training en Kabala Mística y Alquimia (Kristos Tsompanelis, EEUU),

Entrenamiento en Mindfulness (MBSR),

Activista Cuántica (Amit Goswami, EEUU),

Entrenamiento en Horse Assisted Coaching, NCI (EEUU),

Docente en la Formación en Regresión a Vidas Pasadas,

Coordinadora de Talleres de Psicología Deportiva,

Coordinadora de Talleres Vivenciales, Sanación con caballos,

conferencista.

 

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VIVIR LA EXPERIENCIA DE REGRESIÓN A VIDAS PASADAS

 

   La Terapia de Vidas Pasadas es una forma de abordaje psicoterapéutico que no sólo trabaja con los aspectos emocionales del ser humano, sino también, con todo aquello que tiene que ver con la espiritualidad. En los últimos años, diversos estudios científicos afirman que en todo tratamiento, ya sea psiquiátrico o psicológico, si el profesional abre un espacio en la consulta para trabajar las creencias espirituales o religiosas del paciente, los resultados a nivel adhesión al tratamiento y logros hacia una sanación plena, son mayores.

   La Terapia de Vidas Pasadas (TVP) se dirige hacia aquellas situaciones y experiencias que han generado la problemática que el consultante trae a sesión (trastornos de ansiedad, fobias, ataques de pánico, depresión, angustia, relaciones conflictivas, etc.), ya sea que hayan sucedido en los primeros años de la vida presente o en vidas anteriores. El llegar a ese punto crucial permite sanar esas memorias traumáticas y comenzar a grabar otras, mucho más saludables, que harán que el proceso de recuperación de su salud plena, se active.

   Lo característico que suele suceder y que a menudo los pacientes me comentan luego de experienciar regresiones, es que comienzan a “sentir” distinto, ya no tienen que maniobrar con los enojos o con los miedos o angustias que en otro momento los desbordaban; ya ni siquiera tienen que detenerse a analizar una situación desde lo intelectual… Empiezan a sentir de una manera diferente… Y esto se refleja en su vida cotidiana, en su ámbito familiar, laboral, social. Más calma y claridad comienzan a estar presentes en sus vidas.

(Encuentros Vivenciales de Terapia de Vidas Pasadas, Brandsen y Arenales, Pcia. de Buenos Aires).

  Sabemos que la posibilidad de aceptar la existencia de otras vidas, no es tan sencillo para muchas personas. También es cierto que para realizar este tipo de terapia no es requisito aceptar esta idea, todo funciona perfectamente más allá de las creencias que tenga el consultante. Pero sabemos además que existen determinadas disciplinas donde la experiencia es fundamental, la propia vivencia es la que puede ofrecernos esa respuesta acerca de si algo es o no verdadero. Y este es el caso de la TVP. Cuando nos vivenciamos en otro tiempo, en lugares en los cuales nunca hemos estado, ni con nuestra imaginación; cuando nos descubrimos en escenas que nos sorprenden y que al dejarlas llegar a la conciencia y trabajarlas en una sesión, sanamos… Es bastante curioso y movilizante.

   Días atrás recibo en un mensaje de audio como una especie de testimonio de una paciente con quien trabajamos con regresiones años atrás. Ella había llegado a consulta con una enorme angustia en relación a una persona quien en su juventud había sido su pareja por un tiempo. Ya habían pasado más de 30 años… En aquel trabajo que realizamos ella se descubre en una vida pasada siendo coprotagonista de un pacto o juramento amoroso con su pareja, que resulta ser también la de su juventud actual.  Estaban atravesando una situación social de guerra y muerte y ambos se prometen: “estar juntos para siempre”…

  La paciente relata en el audio: “A mí las regresiones me ayudaron a perdonar y a cerrar” (refiriéndose a cortar y finalizar esa relación de vida pasada y de su juventud actual). Pudo llegar a perdonarlo y perdonarse el haber realizado ese pacto, esa promesa de amor de otro tiempo,  que en la actualidad le generaba inmensa angustia y la sensación de estar como atrapada por esas emociones sin control.

                                                        (Fuente: Imágenes Google)

   La TVP trabaja con los registros emocionales de otros tiempos, de otras vidas, además de la actual. La vivencia propia es aquello que en verdad nos sana y nos permite abrir nuestro corazón y nuestra mente a ciertas verdades que hasta el momento podíamos llegar a desconocer.

 

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, mayo 2017.

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MENOS-PRECIADA

 

Cuando la relación de pareja nos muestra

 nuestra propia relación con nosotros mismos

             Quiero compartir con ustedes fragmentos de un trabajo de regresión realizado con una paciente, que llamaremos Milena, con la intención que vayamos descubriendo de qué manera puede desarrollarse esta modalidad de trabajo con regresiones.

             Dentro del campo de la Psicología la Terapia de Vidas Pasadas, a pasos agigantados, va cobrando cada vez mayor atención por parte de los profesionales de la Salud Mental, por su alta eficacia en un tiempo breve, y por los consultantes o pacientes, que ya no buscan un silenciamiento de los síntomas o una permuta de un síntoma por otro, sino realmente una solución a sus problemáticas y a su padecer.

             Milena de 49 años de edad, docente de escuela primaria, viuda desde hace 20 años de un hombre extremadamente celoso, vive con su hijo de 22 años en las afueras de la ciudad de Buenos Aires. Apenas llega a consulta desborda en llanto manifestando que hace un mes comenzó con angustia y que un poco sabe por qué y otro poco no. Comenta que estuvo sola por propia elección por más de 19 años y que ahora que ha decidido ¨salir al mundo¨ tropieza con una cuestión sentimental. ¿A qué se refiere? Alude a su relación con los hombres, ¨busco un compañero¨ sostiene, y sólo encuentra hombres que sólo quieren a la mujer por un rato, ¨sólo para eso¨, refiriéndose a un encuentro sexual.

             Al realizar comentarios acerca de sus padres destaca a una mamá que celaba a su esposo, que utilizaba la mentira para manipular a los demás, que no confiaba en el sexo masculino. Solía decir su madre: ¨¡los hombres son una peste!¨.

            En esta primera entrevista, previa al trabajo con regresiones, con su mirada nublada en lágrimas Milena  me dice que quiere volver a tener la alegría que tenía, que ella canta, bailaba y que ahora vive cansada, ¨pocas veces me río…¨, manifiesta.

            Con Milena realizamos dos sesiones de regresión de hora y media cada una. En esta oportunidad me enfocaré en el último trabajo, sólo me detendré en algunos puntos de nuestra primera sesión.

            En este primer encuentro  su estado de angustia la lleva a revivir escenas con su marido  cuando se encontraba internado, antes de su fallecimiento. Intenso dolor, angustia y bronca  ¡por no saber cuidar de su salud! Este sentimiento de bronca la conecta con otra vivencia a sus 19 años, cuando dio lugar a la interrupción de un embarazo, fruto de la relación con un novio anterior. ¨¡Nadie supo que hice eso! ¡Siempre me lo culpé!¨. Un llanto intenso desborda, como cuando se abre una compuerta cerrada a presión desde hace años…

           Indagamos de qué manera la ha afectado este hecho hasta el presente en su vida, y manifiesta: ¨Lo recuerdo a cada rato… siento bronca conmigo misma… me siento poca cosa… Y doy lugar a esto: encontrar a las personas que no me convienen, que me menosprecian…¨

          Trabajamos con estos registros emocionales y especialmente con su sentir acerca de este embarazo interrumpido, la responsabilidad de su novio en esta situación, la imperiosa necesidad que estaba naciendo dentro suyo de perdonarse, por esta decisión tomada, descubriéndose en una álgida y extrema soledad a sus 19 años, requiriendo de sus padres: ¨¡que me escuchen!¡que no me condenen!…¨

          Al finalizar esta primera sesión manifiesta: ¨Siento como que se me abrió el pecho… Siento el cuerpo liviano… diferente… Me siento en paz…¨

          Milena reside a varios kms de distancia del lugar de atención, pasado casi un año,  solicita una segunda sesión.

          Apenas iniciamos nuestro encuentro, con una sonrisa en su rostro, manifiesta feliz: ¨¡El tema del aborto está superado!¨. Y comenta que recuperó su agilidad, la alegría, sus ganas de ocuparse de su casa, de su jardín… ¡Puedo disfrutar!, exclama. Y en relación a su trabajo: ¨re-bien con los chicos… feliz…¨

          Le pregunto, intrigada: -¿qué es lo que te trae aquí entonces?-

          -Tengo problemas con las parejas-. Y afirma que en este último año cambió mucho, positivamente. Comenzó a ir a bailar, a compartir salidas con amigas, y se permitió entablar relación con algún hombre. En la consulta inicial, realizada varios meses atrás, Milena había comentado que había estado ¨guardada durante años¨, refiriéndose a su rutina diaria  desde la muerte de su esposo: ¨de casa al trabajo y del trabajo a casa¨, sin ningún otro tipo de contacto social.  Se asombraba ella misma de cuánto disfrutaba de estas salidas y encuentros…

          Al preguntarle acerca de cuál es el problema en relación a las parejas, comienza a contarme que ha tenido un par de relaciones importantes en este último tiempo pero que no se ha dado la posibilidad de hacer crecer la relación a un nivel más maduro y profundo porque se las ha ingeniado siempre de alguna manera, para que la pareja no pueda continuar.

          Indagamos juntas acerca de aquello que pueda estar dando lugar a todo esto y Milena,  con un  miedo disfrazado  de firmeza, manifiesta: ¨Antes que él me deje… lo dejo yo…¨.

          Recuerda que desde pequeña siempre vivió escuchando a su madre quejarse en relación a los hombres: ¨son todos iguales…sólo te quieren para eso…¨ (refiriéndose a las relaciones sexuales). 

          Milena desde muy niña no sólo fue registrando estos decires y creencias de su madre sino también experimentó en numerosas oportunidades el sentirse ¨poca cosa¨, en comparación a su hermano, que siempre era el más estudioso, que tenía más memoria, que dibujaba mejor que ella, etc. Dice Milena envuelta en angustia: – Siempre me sentí la oveja negra… la burra… Siempre me sentí menospreciada…¨

          En esta segunda sesión de regresión decidimos iniciar el trabajo desde esta situación de angustia que le generaba el ¨dejar¨ a una pareja ¨antes que la dejen¨, movilizada consciente e inconscientemente por esta supuesta ¨verdad¨ para ella, al menos hasta el día presente, de ser ¨poca cosa¨…

          Comienza a llorar intensamente y a mover su cabeza a un lado y otro diciendo: -¡No! ¡No quiero que me lleven…! ¡No quiero!-

          -¿Qué es lo que está pasando? ¿quiénes te quieren llevar?-

          -Está oscuro… Me tiran de las manos… Me agarran de la mano izquierda y me arrastran…como que camino para atrás… ¡No! ¡No quiero!

          Son soldados…van a la guerra…hay un campo… Me arrastran por la calle…-.

        Milena comienza a toser. Le pregunto qué es lo que está pasando.

          -No sé lo que pasa… Me cuesta respirar… Veo el campo desde arriba…-

          -¿Cómo te ves a vos? ¿Cómo sos?-

          -Soy una mujer…campesina… de 30 o 40 años…-

          Le indico que avance en esta experiencia.

          -Hay un tren… Mucha gente… ¡No quiero ese tren! ¡No lo quiero! (gritando y llorando)-

          -¿Cómo es esta gente?-

          -Tiene ropa de trabajo, sencilla… ¡Estoy sola! ¡Me siento muy sola!… No sé adónde voy… Nadie lo sabe…-

          Un extenso silencio…

          -Vamos caminando… Vamos subiendo al tren… ¡No quiero subir! ¡No quiero subir!-

          Comienza a tocarse el cuello con sus manos, como cuando nos cuesta respirar.

          -Y estoy arriba… ¡Me falta el aire! (Comienza a toser). ¡No puedo respirar!

          -Milena segundos después comienza a aquietarse, sus emociones se serenan, su respiración se vuelve más pausada.

          -No me puedo mover-  (apenas audible…).

          Segundos después le pregunto cómo siente su cuerpo, si aún está con vida.

          -Siento un hormigueo todavía…-

          Le indico que avance a los últimos instantes de esta experiencia,  que abandone este cuerpo y que deje con él todas estas sensaciones de angustia, miedo, desesperación… Continúa en silencio, manteniendo una muy suave respiración. De pronto Milena me sorprende al gritar:

          -¡Me tiran de pies y manos! ¡No!-

          -¿Qué está pasando?-

          -¡No quiero que me lleven!- (Llanto intenso).

          -Nos tapan con algo… ¡con tierra! ¡nos tiran!…¡Me ahogo! ¡la tierra me ahoga! ¡No puedo respirar! (nuevamente comienza a toser).-

          Seguí avanzando. Atravesá este momento.

          -¡No! ¡Hay alguien arriba mío! ¡me aplasta! ¡Está muerto!… ¡es un hombre!… ¡está muerto! ¡no puedo respirar!-

          Le pregunto cuál es el momento más  desagradable que tuvo que atravesar en toda esta experiencia.

          -El vagón… cuando estoy adentro… y cierran todo… el gas que se siente… me ahogo… no puedo respirar…me   mareo… me desmayo…-  

          Le indico que sienta las emociones que están surgiendo en ese momento y que me comente cuáles son. Menciona: miedo, angustia, sensaciones de ahogo, de no poder respirar. Le pregunto:

          -¿De qué manera aún han estado presentes en tu vida actual siendo Milena todas estas sensaciones?-

          -Como cuando me quedé sola con mi hijo… me sentía perdida, con mucho miedo… me faltaba el aire…-

          -¿De qué otra manera pudieron estar presentes, hasta el día de hoy, en tu vida?-

          -Sintiendo desprecio, en muchos momentos de mi vida… de niña… sintiéndome despreciada… en la escuela, cuando me comparaban con mi hermano que ¨hacía todo bien¨… De grande, despreciada por los hombres… Es la misma sensación que sentía cuando cargaban los cuerpos y los tiraban… mucha angustia…-

          -Recordemos que Milena en su matrimonio, padecía los celos enfermizos de su esposo. Esta situación generaba en ella el sentirse ¨menos-preciada¨,  no digna de una relación plena, feliz, enriquecedora; sentimiento que aún seguía presente en sus relaciones de pareja, eligiendo por ello ¨dejarlos, antes que me dejen¨.

          Llegando al final de la sesión, descubriendo Milena  que este bagaje de sensaciones y emociones ya no le pertenecen, que corresponde a una experiencia muy probablemente vivida en un tiempo pasado, trabajamos con técnicas chamánicas, ancestrales, con la intención de liberarla completamente de estas sensaciones (en la actualidad, una técnica que se asemeja muchísimo es la llamada ¨Soltar¨, considerada como una terapia de avanzada).

          Le indico que visualice la angustia centrada en su pecho como si fuera una masa redonda, compacta, y que la arroje fuera de ella con todas sus fuerzas, con todas sus ganas (utilizamos un almohadón para ello), liberándose completamente de ella a partir de este momento. Al finalizar Milena manifiesta:

          -Siento el pecho liviano… ¡impresionante!-

          Milena se ha dado el permiso a través de este trabajo, de desprenderse de los registros emocionales perturbadores al extremo de experiencias pasadas, de creencias negativas acerca de los hombres, acerca de ella misma…

          Pasados unos días, decido compartir el trabajo realizado con Milena  a través de este escrito, por tal motivo, resuelvo enviarle un mensaje de texto preguntándole cómo se siente. Me contesta que se siente bien, cada día que pasa, ¨mucho mejor¨. Que el trabajo realizado fue ¨muy movilizador¨, que ¨a veces algo quiere volver… pero lo saco rápido de mi mente y de mi corazón, ya no lo quiero, ya no me pertenece¨.

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, mayo 2017.

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(Fotos: Google Imágenes).

 

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     ACERCA DE LA HIPNOSIS

 

         Una de las preguntas más frecuentes que me suelen realizar acerca del tratamiento con regresión de memoria es en qué consiste la hipnosis, si trabajo o no haciendo uso de este instrumento terapéutico.

         Resulta interesante aquello que manifiesta acerca de este tema Ernest Rossi, destacado estudioso del fenómeno de la hipnosis, de sus correlaciones psiconeuroinmunoendocrinológicas y de su utilización en la búsqueda de la salud integral de un sujeto.

         Ernest Rossi manifiesta lo siguiente:

        «Hipnotismo e hipnosis son términos aplicados a una forma única y compleja de conducta inusual, pero normal, que puede probablemente ser inducida en toda persona normal bajo condiciones adecuadas y también en personas que sufren diferentes tipos de anormalidades. Es principalmente un estado psicológico especial, con ciertos atributos psicológicos que lo hacen parecido al sueño fisiológico pero sólo superficialmente, y caracterizados por un funcionamiento del individuo en un nivel de percatamiento llamado, por conveniencia en la conceptualización, percatamiento inconsciente o subconsciente. Cuando el sujeto está hipnotizado, o en trance hipnótico, puede pensar, actuar y conducirse tan adecuadamente, y a menudo mejor, que como puede hacerlo en el estado psicológico común despierto, siendo esto posible por  la intensidad de su atención a la tarea y por estar libre de distracciones. No está, como comúnmente se cree, sin poder de decisión o bajo el deseo del hipnotista. La relación entre el hipnotista y el sujeto es mas bien de cooperación interpersonal, basada en consideraciones razonables mutuamente aceptables.

          Por lo tanto el sujeto no puede ser forzado a hacer cosas en contra de su deseo, sino que puede ser ayudado a lograr las metas que desea…”     terapia de vidas pasadas

          Cuando trabajamos con regresiones a vidas pasadas o a experiencias lejanas en el tiempo pero de esta presente vida, resulta muy conveniente abordar la sesión encontrándose el paciente o consultante en este estado especial, porque se encuentra mucho más perceptivo y atento a sus propias sensaciones corporales, pensamientos, emociones y percepciones.

(Foto: en un encuentro de regresiones a Vidas Pasadas libre y gratuito en CABA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina).

           Es fundamental para realizar un excelente trabajo, la confianza entre terapeuta y consultante y establecer un objetivo en común, poder avanzar en la sanación de quien consulta.

Lic. Claudia Sirito (*)

MN: 20898 MP: 60641

Buenos Aires, 2012.

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Bibliografía:

Rossi, Ernest L.: “The Collected Papers of Milton H. Erickson on Hypnosis”. Vol I. Ed. Por Ernest Rossi. Irvington Publishers, Inc. NY, 1980.

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ACERCA DE LOS MENSAJES DEL AGUA

 

                             Me interesa compartir la experiencia de un investigador japonés, Masaru Emoto, en relación a su trabajo realizado estudiando el agua. Emoto es doctor en Medicina Alternativa por la Univ. Abierta Internacional de Japón y Lic. en Relaciones Internacionales por la Univ. de Yokohama. Descubrió que el agua muestra características muy curiosas y reveladoras cuando se convierte en cristales congelados, es decir, cuando se congela. Fue fotografiando cada uno de estos cristales en distintas muestras de agua al ser examinadas a través de un microscopio electrónico de campo oscuro. Ya ha realizado más de 50.000 fotografías y afirma haber demostrado cómo los pensamientos y emociones humanas, alteran su estructura molecular. Con sorprendentes imágenes nos muestra cómo el agua cristalizada se ve influenciada por diversos factores como la música o la intención de las personas.

Masaru Emoto  (Fuente: Imágenes Google)

                              Comenzó en el año 1994, junto a otro investigador, tomando muestras de agua de una fuente de Japón. Las fotografías mostraron hermosos hexágonos parecidos a copos de nieve. Entonces luego tomaron agua de un río contaminado, la congelaron, fotografiaron estas gotas y comprobaron que la imagen que aparecía en ellas no era un hermoso hexágono sino una forma desestructurada. Es como si el agua fuera sensible al entorno donde se encuentra.

                           Estudió el agua de numerosas ciudades del mundo y de distintos lugares tomando muestras de agua de manantiales, de fuentes, de aguas subterráneas, ríos, lagos, pantanos y hielo antártico.

                              Tardaron casi 3 meses en obtener la primera fotografía. El agua cuando se congela lo hace en forma de cristales de tipo hexagonal. Aunque a veces esto no se consigue, y según Emoto, esto sólo indica que se trata de un agua contaminada y tóxica, no apta para el mantenimiento de la vida.

                              Emoto pudo constatar, mediante este procedimiento la enorme diferencia que existe entre los cristales de enorme belleza y perfección que se obtienen en las aguas que están en buenas condiciones y el aspecto deformado y desestructurado que se obtiene de las aguas contaminadas. 

                              Realizó el experimento de colocar agua en distintos frascos y adosarle, escrito sobre papel, distintas palabras. El agua expuesta a la palabra “sabiduría” escrita en japonés, inglés y alemán, forma un cristal de forma similar, lo mismo se logró con las palabras “amor” y “gracias”, esto indica que no es la palabra individual, el idioma utilizado o las vibraciones sonoras las causantes de su formación, sino el proceso inherente al pensamiento detrás del idioma, lo que influye sobre el agua. También experimentó de qué manera se ve afectada la estructura molecular del agua al exponerla a distintos tipos de música.

                              Las fotos más bellas se obtuvieron de las muestras que se congelaron acompañadas de las palabras AMOR y GRACIAS, cristales geométricamente perfectos y bellos.

(Fuente de foto: Imágenes Google)

                             Decidió probar el efecto del pensamiento e intención, para ello colocó un frasco de agua contaminada sobre una mesa, alrededor de ella a un grupo de niños al que se le pidió que realicen como una oración de agradecimiento al agua. Fue congelada y observada en microscopio. Los cristales se modificaron, esa forma desestructurada se hizo más armoniosa, tomando una cierta forma agradable.

                              Las conclusiones de este trabajo  de Emoto se encuentran en su primer libro: “Mensajes del agua” (1), ya traducido a 20 idiomas.

                             Algunas de las conclusiones a las que llega son las siguientes:

                            -El agua tomada en fuentes de arroyos de montaña forma bellas estructuras cristalinas en contraste con los cristales deformados que conformas las muestras de agua contaminada o estancada.

                            -Las moléculas de agua expuestas a música clásica adoptan formas delineadas y simétricas muy similares a las que adoptan ante el sonido de la palabra “Gracias”.

                            -Las moléculas de agua expuestas a música que expresa y alimenta la violencia o expuestas a palabras negativas (tales como insultos, expresiones despectivas) o cuando se enfocan sobre ella intencionalmente pensamientos o emociones negativas (odio, ira, etc.), el agua no sólo no forma cristales sino que en su lugar se crean estructuras caóticas y fragmentadas.

                             El Dr. Emoto sostiene que el agua tiene determinada frecuencia y vibración, propia, que da lugar a la formación de determinados cristales en forma natural, que son muy bellos (de los ríos de aguas cristalinas, cascadas naturales, etc.). Y estas formas se asemejan a las del agua corriente cuando es sometida a las palabras o pensamientos ligados con el Amor y el Gracias.

                             Manifiesta Emoto que los seres humanos al estar conformados en un 70% de agua, no sólo es importante nuestra alimentación y el ambiente en que vivimos sino también nuestra “forma de pensar”, y se arriesga a decir que nuestra “forma de pensar” se lleva el porcentaje más alto de importancia…                       (Foto: Lago Paimún, Neuquén; Argentina)

                             La más poderosa combinación de pensamientos en términos de capacidad de transformación y de sanación son el Amor y la Gratitud, ya que logran formarse los cristales más bellos y armoniosos. Se puede llegar a explicar, desde estas experiencias, cómo se puede llegar a curar a través de las meditaciones y de las oraciones…

                             Estas investigaciones nos demuestran que no sólo el pensar y el sentir influyen sobre la materia, sino de qué manera diferente los pensamientos, sentimientos e intenciones la afectan, de acuerdo a sus cualidades, positivas y saludables o negativas y nocivas para la salud.

                             Podemos llegar a preguntarnos… si alguna persona genera un sentimiento o pensamiento desagradable hacia nosotros, o intenta lastimarnos con palabras hirientes…

                             ¿Qué puede llegar a suceder con nuestro cuerpo que está conformado por un alto porcentaje de agua?

                             En uno de sus libros llamado: “Los mensajes ocultos del agua” Emoto presenta una fórmula que puede ofrecernos una respuesta. Es la siguiente:

AMOR y GRATITUD =  INMUNIDAD

                             Si trabajamos dentro nuestro intentando generar buenos sentimientos, amor, gratitud, agradeciendo cada mañana por la nueva oportunidad que tenemos de aprender a vivir de una manera más saludable, más armoniosa, más feliz, siendo más pacientes; si alimentamos estos sentimientos y pensamientos, nos INMUNIZAMOS, estaremos protegidos…

                             Si cada uno de nosotros hace su trabajo, colaborando con la generación de buenos pensamientos, sentimientos y acciones, haremos posible no sólo que nuestro cuerpo se mantenga sano o recupere su salud, sino que nuestro planeta vaya transformándose en un lugar de crecimiento, pero en paz, en armonía, respetándonos en nuestras diferencias.

 

(1) Emoto Masaru: “Mensajes del agua”, Edit. La liebre de Marzo, Año 2001.  

 Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, 2010.

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TERAPIA DE VIDAS PASADAS:

NUESTRO PROPÓSITO DE VIDA

 

       Existe una pregunta muy reveladora que suelo hacer a un paciente en regresión luego de haber vivenciado diversas escenas de una vida pasada. Le indico que vaya directamente al momento en que su cuerpo comienza a perder vida y que pueda percibir cada sensación que se va despertando en ese momento; le pido que observe ese cuerpo, que perciba las emociones que está sintiendo. Y a continuación le pregunto: ¿qué es aquello que tenías que aprender en esta experiencia de vida?

        (Foto: Taller Vivencial de Terapia de Vidas Pasadas, Ciudad de City Bell, Buenos Aires, Argentina).

       En ese momento, su conciencia, su alma, se da cuenta de que sigue viva, más allá del cuerpo.  A menudo, muchas personas, perciben como un cono o túnel de luz, sienten que se van deslizando dentro de él y como una intensa fuerza los va atrayendo y llevando hacia el final del túnel.

       Las respuestas que suelen ofrecer son variadas, pero todas tienen en común esa característica general, es decir, no ofrecen respuestas tales como: tendría que haber aprendido a ser abogado en lugar de médico, o tendría que haber aprendido tal oficio, etc. Aquello que manifiestan, les aseguro, son expresiones como las siguientes: aprender a perdonar, aprender a perdonarme, vivir sin miedo, ser honesto conmigo mismo, ser coherente con mi forma de pensar, sentir y actuar; aprender a compartir, confiar en mí mismo, dejar de sentirme una víctima, etc.

       Y ¿por qué les comento ésto? Porque el propósito de vida que tiene el alma cuenta también con esta característica general, es decir, amplia, no entra en detalles. Sin duda, aquello que el alma responde observando su cuerpo sin vida, es aquello justamente que se había propuesto alcanzar antes de tomar ese cuerpo físico, es decir, aquello que tiene que ver con su propósito de vida.

(Fotos: trabajando con regresión a vidas pasadas  en  Tallerer grupales, Ciudad de City Bell, Buenos Aires,  Argentina).

       Recuerdo la experiencia de un paciente que llamaremos JR. Se conecta con una vida pasada sintiéndose viejo, triste y solo en el living de su casa. Atraviesa en esta vida por dos situaciones de guerra; es un soldado que ama lo que hace, sumamente comprometido con su rol. Aquello que más lamentaba es no haber podido seguir combatiendo y no haber podido ayudar a su amigo y soldado, a quien vio morir al lado suyo ante la explosión de una bomba. JR fue muy mal herido y no pudo continuar en la batalla.

       Cuando le indico que vaya a los últimos instantes de esta vida pasada, siente muchísimo enojo con él mismo por no haber podido continuar en el sitio de combate como hubiera querido. Muere solo, en su casa, avanzado en edad y con una pierna inmovilizada, fruto de la guerra, sintiendo también muchísima tristeza. Es una escena de Francia de finales del Siglo XIX o principios del Siglo XX posiblemente, de acuerdo a sus descripciones.

       Le indico que se dirija al momento de la muerte de esta experiencia siendo soldado. Es muy importante que el alma, esa conciencia que sigue vida, pueda registrar que ha dejado ese cuerpo físico que no necesita más. Le pido que lo contemple, que perciba que ya no respira y le pregunto: ¿qué es aquello que tenías que aprender en esta vida? JR luego de esa expresión de alivio en su rostro apenas constata que ha dejado esa vida, me responde: “Aprender a perdonarme…”. Le pido que me explique un poquito más a qué se refiere y me comenta que vivió el resto de su vida con mucha culpa, por no haber podido defender a su gente y salvarle la vida a su amigo. Culpa que lo llevó a transitar una vida de abandono, aislamiento, soledad, tristeza, enfermedad… Culpa que lo llevó a no vivir…

       Pudimos descubrir que su propósito de vida en su actual existencia siendo JR tiene que ver justamente con aprender a valorarse, a celebrar todo aquello que hace y siente que es valioso para su alma. Descubrimos que ha venido a prestarle atención a su crecimiento, su bienestar, liberado de toda culpa, contribuyendo a su propia evolución y a las de los demás.

       Recuerdo que en una próxima sesión, apenas llega le pregunto cómo se siente, cómo está; muy sonriente responde: “Estoy en paz… Es una sensación nueva para mí… Estoy en paz conmigo mismo…”

       Cuando descubrimos cuál es la tarea más importante que hemos venido a concretar en esta vida, y que la mayoría de nosotros hemos elegido en un momento anterior a disponer de este cuerpo físico, todo comienza a ubicarse en su lugar, cada experiencia dolorosa o feliz, cobra sentido. Un bagaje amplio de aprendizaje, de cambio, de transformación nos espera en cada nueva encarnación. Pero obvio, se hace más fácil y disfrutable el recorrido si sabemos cuál es nuestro Norte.

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, 2020.

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EMERGENCIAS ESPIRITUALES


     En el trabajo cotidiano con regresiones a vidas pasadas, no dejo de sorprenderme de los enormes beneficios que se alcanzan cuando un sujeto, que se encuentra atravesando un proceso de emergencia espiritual (denominado así por Stanislav Grof), comienza a descubrir y a comprender la situación por la cual está transitando, y a tomar conciencia de la oportunidad de crecimiento que se le está presentando en su vida.

     Recordemos juntos a qué nos estamos refiriendo cuando mencionamos: emergencia espiritual. Para ello vamos a transcribir una de las definiciones que el mencionado autor, investigador y psicoterapeuta, ofrece en uno de sus escritos, dice así:

“…etapas críticas y difíciles de atravesar en una profunda
transformación que abarca todo nuestro ser. Se dan
como estados alterados de conciencia, e implican emociones
intensas, visiones y otros cambios sensoriales, pensamientos
extraños y diversas manifestaciones físicas…” (1)

    Etapas críticas y difíciles de atravesar, porque no sólo se producen intensos cambios y perturbaciones emocionales, que pueden ser muy variados, como por ejemplo, extrema sensación de angustia y vacío; sentirse sumido en una oscura melancolía y tristeza; miedos en suma aterradores, que dificultan el adecuado desempeño cotidiano en el ámbito familiar, laboral y social (miedo a salir del propio hogar, miedo a descompensarse emocionalmente, terror a dormir y a padecer pesadillas cuasi-reales, etc.); sino también se producen profundas alteraciones físicas, que médicamente no responden a una determinada patología, como intensos dolores de cabeza, temblores, sacudones, visiones extrañas, recuerdos espontáneos de vidas pasadas, dificultad para distinguir lo externo de lo interno, etc.

    (Fotos: Stan Grof en Buenos Aires, en un encuentro de fin de semana de Respiración Holotrópica, año 2015).

     El sujeto que atraviesa por estas experiencias, que surgen abruptamente, se sumerge espontáneamente en estados alterados de conciencia, que hacen que aquel material inconsciente, con fuerte carga emocional, surja a la conciencia, dando origen a esta variada gama de perturbaciones emocionales y físicas, difíciles de ser integradas a la vida que llevaba hasta el momento.

     A menudo suele ser diagnosticado como un cuadro psicótico y abordado con medicación psiquiátrica, produciéndose una supresión de ciertos síntomas, obstaculizando el proceso natural de sanación que está haciendo el alma.

     ¿Qué es lo que está sucediendo?

     Varios investigadores, con una experiencia que supera las tres décadas, ya han ofrecido los frutos de sus trabajos, haciendo luz sobre este tipo de fenómenos que puede llegar a vivenciar un sujeto.

     En estas experiencias críticas se está abriendo camino el aspecto espiritual, se está produciendo un despertar de esta dimensión, intrínseca a todo ser humano.

     Lo característico de la emergencia espiritual es precisamente su rasgo abruptivo, y la intensidad de los fenómenos que se presentifican. Cuanto mayor es la intensidad de la sintomatología, a mayor velocidad se va produciendo este proceso de transformación, que, si es bien comprendido y diagnosticado por un profesional entrenado en la atención de este tipo de fenómenos, el sujeto comenzará a vivenciar su propia existencia, cada situación compleja o dolorosa de su vida, desde una perspectiva diferente, descubriendo los enormes recursos propios que dispone para poder hacer frente, con éxito, cada circunstancia conflictiva.

     Es de importancia destacar que si el sujeto que se encuentra vivenciando una emergencia espiritual, se va dando permiso para comenzar a aceptar y a confiar en el potencial curativo que este proceso encierra, las posibilidades de sanación se acrecientan.

     En ocasiones resulta de suma utilidad que el propio paciente y también los integrantes de su familia, tomen conocimiento de ciertas particularidades de las emergencias espirituales, sus rasgos propios y sus diferencias claras respecto a determinadas patologías psiquiátricas, tales como la psicosis. (2)

     Este “despertar” que mencionamos, este abrir los ojos del alma a una realidad diferente a la que estamos acostumbrados a percibir cotidianamente, en ocasiones se presentifica de una manera suave y placentera, como cuando somos despertados por la mañana por tenues rayos de sol y por el sonido acogedor del trino de los pájaros, y paulatinamente, y muy a nuestro tiempo, vamos abriendo los ojos. Este despertar agradable puede llegar a producirse a través de lecturas, de reflexiones, de vivencias emocionales movilizadoras, de autoexploraciones; vamos desperezándonos y vislumbrando una nueva dimensión , en nuestra propia vida y en las de los demás, que hasta el momento desconocíamos, la vivencia espiritual, que nos hace sentir parte integrante de todo cuanto existe, con responsabilidad y con la libertad suficiente como para ir generando nuevas formas de vivir y de convivir que hagan la existencia más armoniosa y saludable. En otras oportunidades, estando sumidos en un sueño profundo, un agudo y molesto sonido nos alerta y nos recuerda que: “ya es hora”. Las emergencias espirituales, más allá de nuestro parecer, de nuestra aceptación o de nuestro rechazo, nos “despiertan”, aunque no nos guste la forma en que lo realicen. Los episodios desencadenantes pueden llegar a ser: una enfermedad física importante, dar a luz, situaciones de aborto, cansancio físico extremo, un accidente, estrés físico y emocional, experiencias cercanas a la muerte, etc.

     Este tipo de experiencias nos invita a generar en el interior del alma, las condiciones emocionales más propicias, para que el reestablecimiento de la salud integral, física, psíquica y espiritual, pueda concretarse.

     Todo terapeuta que trabaja con regresiones a vidas pasadas, no puede desconocer la existencia de este tipo de fenómenos. La modalidad de su abordaje es fundamental. Si se permite, abiertamente y en un marco de contención adecuada, el desarrollo natural de estas formas de “despertar espiritual”, los beneficios a nivel salud integral alcanzados por el sujeto que lo experimenta, serán enormemente significativos.

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, junio 2021.

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(1) Stanislav Grof y Christina Grof: “La tormentosa búsqueda del ser”; Edit. Kairos; pág. 28 ; año 1990.

(2) Se sugiere para ello la lectura del Cap. 9 y el Apéndice III del texto ya mencionado.

 

(Resto de Imágenes: Imágenes Google).

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EXPERIENCIAS CERCANAS A LA MUERTE

 

    En el mes de diciembre del 2001 la revista Lancet publica un artículo científico de autoría de un equipo de médicos de Holanda, dirigido por el cardiólogo Pim Van Lommel, sobre la investigación de Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM, o NDE: Near Death Experience), realizada en 344 pacientes que sufrieron un infarto cardíaco y fueron resucitados, con éxito, en diez hospitales holandeses. Los pacientes fueron internados, durante los primeros días después de haber tenido la experiencia, y acompañados durante un período que varía de 2 a 8 años después de los eventos, para la debida evaluación.

(Fuente: Google imágenes)

     Del total de supervivientes investigados, 41 pacientes (12%) describieron una experiencia profunda, con elementos que caracterizan a una ECM. La medida de la edad era 62,2 años (26 a 92 años), el 73% hombres. Los autores concluyeron que cuanto menor es la edad del paciente, mayor la frecuencia de ECM; verificaron también, que el porcentaje de resultados de ECM fue menor que en otros estudios, que revelaban la incidencia del 30% probablemente porque la media de edad, en la investigación de Holanda, era muy avanzada. (1)

     Muchos profesionales e investigadores desean publicar sus trabajos en esta revista científica, ya que los requisitos para la publicación son en suma estrictos y su reconocimiento científico se extiende por todo el mundo.

     Qué oportuno que se trabaje seriamente con este tipo de fenómenos, intentando ahondar en las condiciones en que se presentan, apartando toda posibilidad de error o de fantasía alucinatoria.

     Años atrás, uno de los investigadores que ha trabajado intensamente en esta temática ha sido el Dr. Raymond Moody, médico, doctorado en Ciencias en la Universidad de Virginia (EEUU), que ha creado su primer best seller: “Vida después de la vida”, y luego su segundo libro sobre este fenómeno: “Reflexiones sobre vida después de la vida”. (2)

     Acerca de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) afirma que en el campo científico se las ha negado firmemente durante tantos años hasta que la aparición de pruebas irrefutables hizo que ya no se pueda negar su existencia.

(Fuente: Google imágenes)

     Las ECM son aquellas vivencias que se experimentan en momentos de extrema cercanía a la muerte, cuando por ejemplo, como en este estudio mencionado, el funcionamiento del corazón cesa, cuando los índices y señales del cuerpo están dando cuenta de que la muerte se avecina. Ya casi no hay signos de vida. Puede acontecer que luego de intensos trabajos de resucitación por parte de los profesionales médicos, el paciente “vuelve a la vida”, comenzando su organismo a retomar el ejercicio de sus funciones; o puede suceder que el paciente no se encuentre con esta posibilidad de auxilio médico, entonces su cuerpo puede permanecer horas sin señales de vida, clínicamente muerto, y espontáneamente, volver a la vida.

     En esos momentos en que el paciente no ofrece indicadores de encontrarse con vida, que pueden extenderse a pocos minutos u horas, de acuerdo a sus propios relatos posteriores a esta circunstancia, experimenta determinadas vivencias que han resultado poco comprensibles, hasta ahora, para la ciencia actual, ya que su cerebro, en estos momentos, no registra la existencia de ningún procesamiento de información.

     Los relatos acerca de estas experiencias muestran muchos puntos en común, parecería que cierta “conciencia” o “individualidad” trascendiera al cuerpo físico, es decir, no se localizaría en el cerebro sino que éste simplemente resultaría ser algo así como un instrumento utilizado por ella, para poder expresarse y manifestarse.

     A continuación voy a compartir con ustedes un extracto del libro de Elizabeth Kubler-Ross: “La rueda de la vida”, donde la autora comenta el relato que realiza una paciente que ha experimentado una ECM; lo manifiesta frente a ella acompañada por un grupo de alumnos estudiantes de Medicina. Es el siguiente:

     “…El incidente ocurrió en Irlanda: Habiendo sufrido una hemorragia interna, la llevaron de urgencia al hospital y la pusieron en una habitación particular donde declararon que su situación era “crítica” y que estaba demasiado grave para trasladarla a Chicago. Creyó que esta vez estaba cerca de la muerte, pero no se decidía a llamar a una enfermera, pues había pasado ya demasiadas veces por esa terrible prueba entre la vida y la muerte. Ya que su hijo estaba bien protegido, tal vez pudiera morirse.

     Fue muy franca. Una parte de ella quería marcharse, pero otra parte quería sobrevivir hasta la mayoría de edad de su hijo.

     Mientras pensaba qué hacer, entró una enfermera en la habitación, la miró y salió sin decir palabra. Según la Señora Schwartz (la paciente), en ese preciso momento salió de su cuerpo físico y flotó hacia el techo. Entonces entró a toda prisa un equipo de reanimación y empezó a trabajar frenéticamente para salvarla.

     Todo esto mientras ella observaba desde arriba. Lo veía todo, hasta los más mínimos detalles. Oía lo que decían, incluso percibía lo que estaban pensando. Lo notable era que no sentía ningún dolor, miedo ni angustia por estar fuera de su cuerpo. Sólo sentía una enorme curiosidad y le sorprendía que no la oyeran. Varias veces les pidió que dejaran de emplear esos métodos heroicos para salvarla asegurándoles que estaba bien.

     Finalmente bajó y tocó a uno de los médicos residentes, pero vio sorprendida que su brazo pasaba a través del brazo de él. En ese momento, tan frustrada como los médicos, renunció a decirles nada.

     -Entonces perdí el conocimiento- explicó.

     Pasados cuarenta y cinco minutos, lo último que observó fue que los médicos la cubrían con una sábana y la declaraban muerta, mientras uno de los residentes, nervioso y en actitud derrotada, contaba chistes. Pero cuando tres horas después entró una enfermera a la habitación a sacar el cuerpo, se encontró con que la Sra. Schwartz estaba viva…” (3)

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, 2015.

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(1) Basado en las expresiones del libro de Marlene Nobre: “El alma de la materia”.

(2) Luego se ha dedicado al estudio e investigación de la regresión a vidas pasadas.

(3) Kubler-Ross, Elizabeth: “La rueda de la vida”; Edit. Biblos; año 1997; págs. 235/6.

 

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INTELIGENCIA EMOCIONAL: EL DESAFÍO DE CADA DÍA

 

                         Sin duda muchos de nosotros no podemos dejar de sorprendernos de qué manera en la vida social, ya sea laboral, de esparcimiento o de estudio y en los ámbitos que hacen al hogar, la relación con familiares, pareja e hijos, la violencia y la intolerancia se manifiestan con total crudeza.

                         Hasta hace pocos años atrás se consideraba a una persona inteligente cuando su CI (Coeficiente Intelectual), de acuerdo a los resultados de una batería de test psicológicos, alcanzaba valores cercanos o más elevados al número 100. Actualmente, no sólo por el nivel de popularidad que ha alcanzado esta temática gracias a Daniel Goleman con su excelente texto: La inteligencia emocional (1), la toma de conciencia de nuestras propias emociones y el qué hacer con ellas y descubrir qué puede estar sintiendo la persona que se encuentra frente nuestro y maniobrar ante ello asertivamente, se ha convertido en un factor mucho más relevante que el valor del CI. Ha contribuido también a ello la valiosa y amplia información que se ha obtenido a través de diversas investigaciones científicas, acerca del funcionamiento de nuestro cerebro en relación a nuestras emociones y su interrelación con los demás sistemas del cuerpo.

                          Ya en 1990, por primera vez, dos psicólogos norteamericanos, Peter Salovey y John Mayer, definen a la Inteligencia Emocional (IE) como la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios como los de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones. Y diferencian diversas habilidades que la componen, que son las siguientes:

-Conocer las propias emociones: la autoconciencia, reconocer nuestros pensamientos y emociones mientras están ocurriendo.

-Manejar las emociones: adecuadas a la situación y al momento, siendo conscientes de ellas.

-Automotivarnos: guiar las emociones hacia el logro de un objetivo; es la conducta dirigida hacia un fin.

-Reconocer emociones en los demás: es la capacidad de empatía, de ponerse en el lugar del otro descubriéndonos en nuestras propias emociones.

-Habilidades sociales: la capacidad de maniobrar con las emociones de los demás, p/e: el liderazgo, la persuasión, la cooperación, la capacidad de servicio, etc.

                         Es importante que tomemos conocimiento de que podemos desarrollar estas habilidades emocionales. Sin duda en cada uno de nosotros se encuentran en diferentes estadios de crecimiento. Hoy sabemos que nuestro cerebro es plástico, es decir, puede modificar sus conexiones neuronales en base a los pensamientos, emociones y sentimientos que alimentamos.    

                         Las emociones no son algo abstracto e intangible, actualmente se pueden estudiar en un laboratorio y cuantificar. Son sustancias bioquímicas específicas producidas por el cerebro y ante las cuales éste reacciona. Con cada respuesta emocional el cerebro envía estos químicos hacia un sistema complejo de receptores que se encuentran distribuidos por todo el cuerpo. Estos neuropéptidos desempeñan un papel significativo en la protección de nuestro organismo contra virus y un sinnúmero de enfermedades.

                         Hoy la ciencia ha podido comprobar que las emociones, comúnmente llamadas positivas como la confianza, amor, gratitud, esperanza, resultan ser sumamente beneficiosas para que el funcionamiento del cuerpo sea equilibrado, contribuyendo a la recuperación de la salud o a su mantenimiento. Las emociones cercanas al odio, rencor, ira y miedo generan las condiciones propicias para que la enfermedad, psíquica o física, comience a aflorar.

                          ¿En qué ámbitos de nuestra vida el desarrollo de la IE puede resultarnos más conveniente?

                        La adquisición y continuo crecimiento de estas habilidades lo podemos asemejar a un sentido más, como nuestra capacidad de ver, oír, oler, etc. El tomar conciencia de nuestras propias emociones y sentimientos en el momento en que les estamos dando vida, considerando la información que nos ofrece el entorno y poder tomar las decisiones más convenientes para nosotros y para los demás, obrando en consecuencia, es la esencia de la IE. Por tanto, en todos los ámbitos en donde interactúe un ser humano con otro, el familiar, laboral, educativo, socio-comunitario, las habilidades que conforman a la IE son prioritarias, no sólo para el logro de determinados proyectos y objetivos, sino también para la preservación y recuperación de una salud integral del ser humano, física, psíquica y espiritual.

      (Desde el año 2020 estamon realizando el TRAINING ONLINE EN VIVO: ALINEADOS, donde aprendemos y nos ejercitamos en Inteligencia Emocional y sanamos el alma a través de regresiones a experiencias que nos detienen en nuetro crecimiento o nos duelen, de esta vida resente y de otras. Todo un bello desafío y una celebracion al darnos cuenta de cada logro alcanzado a medida que avanzamos en el Training).

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, junio 2021.

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(1)    Goleman, Daniel: La inteligencia emocional,  Javier Vergara Editor; Argentina; 1996.

       Otra fuente consultada:

       Goleman, Daniel: Emociones destructivas, Javier Vergara Editor; Argentina; 2003.

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BUSCANDO SANAR

 

            Cuando solemos hablar del proceso salud-enfermedad surgen, inevitablemente en nuestra mente, entre otras, las palabras: curar, sanar.

            La palabra inglesa heal (que equivale en castellano a «sanar») proviene del término anglo-sajón haelen, que significa «ser o llegar a ser sano y total».

            La salud de un sujeto abarca aquellos aspectos que hacen al cuerpo físico, a su psiquis y a su alma. Cuando existe un entrejuego armonioso entre ellos, cuando se atienden y se respetan las necesidades de cada uno de estos aspectos, entonces emerge el estado de salud.

            «Ser o llegar a ser sano y total» requiere de estos tres aspectos.

            Es de importancia diferenciar este término «sanación» de la palabra «curación». Podemos curar una herida provocada p/e: en las paredes de nuestro estómago, podemos recurrir al tratamiento farmacológico adecuado para ello. La herida probablemente vaya cicatrizando en forma paulatina. Pero… ¿qué es aquello que ha generado esta lesión?.

            Diversos mecanismos: neurofisiológicos, endocrinos, inmunes, emocionales, están interviniendo con gran peso en la mayoría de las patologías de nuestro organismo físico. A menudo acostumbramos curar la herida, e ignorar cuáles son los determinantes que le están dando origen. Y esto suele acontecer en los tres niveles que implican a la salud.

            En aquel que sana su herida con la medicación adecuada (y es conveniente que así sea) pero continúa dando vida a todo aquello que la ha generado y que está a su alcance modificar, como p/e: la alimentación, nivel de estrés, hábitos de descanso, etc., muy probablemente se vuelva a generar esta lesión o la afección de algún otro órgano, presentando una patología diferente.

            La «curación» puede llegar a eliminar los síntomas externos de una determinada enfermedad, pero normalsanar el almamente no actúa sobre las causas que están provocando estos síntomas.

            La posibilidad de «sanar» va mucho más allá de la manifestación de los síntomas. Requiere de una participación activa del propio sujeto, requiere de él el deseo sincero de autodescubrirse en sus falencias, en sus errores, en sus posibilidades de cambio, de comenzar a conocerse en sus aspectos más íntimos, de intentar vislumbrar con claridad cuáles son los propósitos de su vida presente.

            En la actualidad, las enfermedades que padecemos hacen partícipes cada vez más a los aspectos relacionados con nuestra mente y nuestro espíritu.

            Es de necesidad que tanto los pacientes como los profesionales de la salud evaluemos con detenimiento cuáles son los tratamientos terapéuticos más apropiados, que favorezcan este acercamiento a la posibilidad de «sanación».

Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, 2018.

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(Fuente de fotos: Google Imágenes)

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CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD

 

     El avance de la ciencia y la tecnología actual permite que en el presente se realicen una serie de experiencias minuciosamente controladas en un laboratorio, experiencias relacionadas con la supuesta capacidad del ser humano de contactarse con, según propias expresiones de los sujetos sometidos al experimento, el “Todo”, la “Creación”, el “Universo”, “Dios”.

     Les comento acerca de estas investigaciones.

     Andrew B. Newberg (*) y su equipo de colaboradores se han dedicado a comprender la relación entre la biología del cerebro y las experiencias religiosas en un disciplinado estudio de las imágenes cerebrales de budistas tibetanos meditando y monjas franciscanas en oración. El objetivo de este trabajo era identificar el llamado “circuito de la espiritualidad”.

     Durante el experimento el sujeto se encuentra meditando en una habitación. Cuando siente estar en pleno trance, tironea apenas de un hilo, avisando a Newberg que es hora de que a través de una cánula insertada en uno de sus brazos le inyecte una sustancia radiactiva. La sustancia alcanzará al cerebro, a las neuronas. En ese instante el investigador obtiene una tomografía computada que le permite descubrir qué zonas del cerebro se están activando, cuáles permanecen intactas y cuáles disminuyen su nivel de activación.

     Resultados de este experimento: un dato curioso es que el Área de Asociación de la Orientación (AAO), ubicada en la parte posterior del lóbulo parietal, que es la responsable de permitirnos ubicarnos en el espacio y del sentido de la orientación, presenta una intensidad muy baja.

     En la mayoría de nosotros cuando no estamos meditando, esta zona AAO, se encuentra mucho más activa. Es decir que, estos sujetos del experimento, son capaces de concentrarse con tanta profundidad que ya no perciben los estímulos sensoriales externos; y esto hace difícil al individuo poder determinar sus propios límites con precisión. Esto sería lo que provocaría al meditador las sensaciones relacionadas con el “infinito” o de “unidad con el Universo”.
meditar
     Estas investigaciones todavía no responden si estas experiencias son creadas por el cerebro o si son una realidad exterior percibida por el cerebro bajo ciertas circunstancias. El mismo Newberg afirma que: “no hay forma de determinar si los cambios neurológicos asociados con la experiencia espiritual son los que crean esa experiencia… o si estamos frente a la percepción de una realidad espiritual…”

     A medida que se avance en el estudio de estas temáticas, muy probablemente podamos ir acercándonos cada vez más a la comprensión de la verdadera naturaleza del ser humano, en sus aspectos biológico, psíquico y espiritual.
                                                                                                                                                          Lic. Claudia Sirito

Buenos Aires, 2015.

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(*) Doctorado en Medicina en 1993, en la Universidad de Pennsylvania, donde es miembro de la División de Medicina Nuclear y del Departamento de Radiología. Es también Director de la Clínica de Medicina Nuclear y Profesor Asistente en el Hospital de la Universidad de Pennsylvania. Se enfocó en Neurofisiología, rituales humanos, religión y técnicas de neuroimagen para el estudio de los efectos de la meditación en el Sistema Nervioso Central, además de otros estudios. Es Director asociado del Neurobiological Studies for the Conference on Scientific Progress in Spiritual Research (NSCSPSR) y Director y co-fundador del Institute for the Scientific Study of Meditation (ISMM).

Bibliografía:

Comentario del estudio extraído de un texto que es parte del Proyecto Enciclopedia Multimedia de Cultos, Mitos y Misterios, por Alejandro Agostinelli, año 2002.

(Fuente fotos: Google imágenes).

 

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¿POR QUÉ SIEMPRE SIENTO CULPA POR TODO?

 

   A menudo acontece que ante situaciones que vivimos poco agradables o dolorosas, no entendemos por qué tenemos que atravesarlas.

   Podemos preguntarnos: ¿Existe alguna relación entre estas situaciones que vivimos con nosotros mismos? ¿A qué responden? ¿Por qué? ¿Para qué?

   El trabajo en Terapia de Vidas Pasadas que realizo desde hace más de 20 años me ha permitido comprobar que no existen los hechos azarosos. Cada evento de importancia en nuestras vidas tiene íntima relación con las decisiones que hemos tomado en el pasado, acciones que llevamos a cabo, pensamientos y sentimientos que fuimos alimentando.

   Cuando actuamos de una manera que consideramos inapropiada, que no encaja con nuestros valores y principios ¿qué sucede? A menudo sentimos culpa, ese malestar que nos dice que hemos hecho algo que “no está bien”.

   Pero quiero contarte que en un altísimo porcentaje sentimos culpa y ¡no nos damos cuenta! ¡Sí! Aunque parezca muy raro, así es. Sentimos una culpa que es inconsciente, es decir, no sabemos que está presente.

   Y aquí vamos a la idea central que quiero compartir contigo. Este sentimiento de culpa nos puede llevar, sin percatarnos de ello, a tomar decisiones que nos lastiman, que nos hacen sentir frustrados, desempoderados, decepcionados. Nos pueden conducir a que nos resulte muy difícil concretar logros, alcanzar eses metas que nos proponemos a nivel estudio, trabajo, pareja, familia, salud, etc.

   Con frecuencia arrastramos de vidas pasadas esta emoción culposa, por algún hecho que generamos o por conductas inapropiadas que hemos mantenido (inapropiadas según nuestra propia conciencia de aquel tiempo o el entorno social de aquella época), o por el sufrimiento o dolor que pudimos haber causado en otras personas.

   Y ¿qué sucede?

   Todo aquello que hoy nos genera culpa por algo que pudimos haber hecho, se transforma en algo muchísimo más pesado y angustiante. ¿Por qué? Porque cargamos con el peso de la culpa que arrastramos de tiempos pasados, de experiencias de vidas anteriores.

   Cuando accedemos a través de un trabajo de regresiones a Vidas Pasadas a aquellas vivencias, liberamos al alma de este sentimiento, la ayudamos a comprender desde el sentir y no sólo desde el entendimiento, que todo ello corresponde a otros tiempos, a otro nivel de conciencia. La ayudamos a descubrir qué es aquello valioso que  puede traerse de esa experiencia desagradable y dolorosa, para su vida presente, cuál es el aprendizaje que puede atesorar en base a esta vivencia pasada.

   Somos un continuo, vida tras vida. Sólo vamos cambiando el ropaje, es decir, nuestro cuerpo. El objetivo es crecer en conocimientos y en valores  que nos permitan respetarnos como iguales, honrando y agradeciendo esta bella posibilidad de aprendizaje.

Lic. Claudia Sirito (*)

MN: 20898 MP: 60641

En Facebook: Vidas  Pasadas-Lic. Claudia  Sirito;  Lic. Claudia Sirito;   Rincón de Águila ;

Webpage: https://terapiaregresiva.com.ar/

Instagram: LicClaudiaSirito 

(*) Psicóloga Clínica (UBA), Terapeuta de Vidas Pasadas

Training  Avanzado con el Dr. J.L. Cabouli (Arg.)

y el Dr. Morris Netherton (EEUU).

Master en Psiconeuroinmunoendocrinología (Univ. R. Favaloro).

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UNA PRUEBA DIFÍCIL

 

                    La TVP (Terapia de Vidas Pasadas) resulta ser muy beneficiosa para aquellos sujetos que llevan ya en su historia de vida varios intentos de suicidio o pensamientos recurrentes ligados a esta idea.

                  La posibilidad de descubrir que no todo se termina con la experiencia de la muerte, que en la mayoría de las ocasiones las dificultades actuales tienen íntima relación con aprendizajes no realizados en vidas pasadas, aporta una nueva visión a la experiencia de la existencia, a su significado, su sentido, su propósito…

                  Les transcribo aquello que comenta J.L. Cabouli en uno de sus libros acerca de una famosa terapeuta de V.P. Edith Fiore:

                    “…El 1998, en ocasión de su visita a Buenos Aires, la doctora Edith Fiore relató su propia experiencia al respecto (se refiere al tema del suicidio) Acababa de fallecer su esposo, cuando un día estuvo a punto de tener un accidente automovilístico. Allí se dio cuenta de que había estado conduciendo en forma ostensiblemente arriesgada. Se preguntó si no estaba buscando suicidarse por el dolor provocado por la pérdida de su compañero. Le pidió entonces a un colega que le efectuara una regresión para investigar ese punto. Y así descubrió que en dos vidas anteriores se había suicidado al morir su esposo. En una de esas vidas encontró a su esposo muerto en un campo de batalla y, no pudiendo soportar el dolor, se quitó la vida allí mismo con un puñal. Comprendió entonces, que una vez más se encontraba frente a la misma prueba y que tenía que superar el dolor y seguir adelante con su experiencia. (*)

                  En la actualidad Edith Fiore es una eximia terapeuta de Vidas Pasadas y autora de varios libros sobre el tema. Este episodio ocurrió ya hace varios años atrás.

                  Nos preguntamos: ¿Cuál o cuáles pueden llegar a ser los aprendizajes que estamos llamados a realizar en nuestra vida presente?…

 

 Lic. Claudia Sirito

(*) “Terapia de Vidas Pasadas”, Edic. Continente; año 1995; pág. 160.

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